viernes, 6 de noviembre de 2009

Juentud... divino tesoro!



Nunca fue nada raro ver jóvenes en movilizaciones del FA, al contrario, raro sería lo contrario. Pero últimamente, los militantes de base, sufrimos de esa rara enfermedad llamada "jovenes faltantis". Lo bueno es que cuando la realidad nos explota en la cara, nos damos cuenta que nos faltó leer el "manual del experto en todo".
Caramba si estarán los jóvenes, vaya sorpresa nos llevamos 1º de noviembre en el comité, en ese plenario donde concurrieron todos los compañeros que de una manera u otra trabajaron para que las cosas salieran adelante el 25. Cuando uno se siente golpeado por esa ola que supone la frustración de una derrota, mezclado con las ganas de ayudar a salir adelante entre todos, no es en Internet o en un mensaje de texto (medios que nos han demostrado que son muy válidos a la hora de movilizar) donde uno encuentra el abrigo necesario, sino que todo lo contrario, es el ámbito natural para todos los frenteamplistas, es en un comité de base, y los jóvenes ASÍ LO SIENTEN Y ASÍ LO DEMOSTRARON.
Tan es así que el jueves pasado, estando convocados para salir de pintada, empezaron a llegar, uno, dos , tres, varios, y cuando quisimos acordar ellos habían tomado el control de la pintada de pasacalles y columneras.
Y no terminó ahí, los más veteranos salimos a la calle, a pintar muros y paradas, y ellos también salieron, y al poco rato ya eran ellos quienes manejaban las brochas y los pinceles al mejor estilo de un Torres García callejero.
Esto dista muy lejos de estar complicado, los comités gozan de buena salud, solo hay que abrir las puertas y dejar que ellos, los jóvenes tomen la posta, como alguna vez lo hicimos nosotros.
A todos ellos, a los que se comprometen, a los que sueñan, y a los que luchan incluso por aquellos que no quieren que luchen por ellos, BIENVENIDOS... ESTA ES SU CASA!!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Dividir el poder, una mala idea

En el balotaje de noviembre de 1999, Luis Alberto Lacalle hacía campaña a favor de Jorge Batlle señalando que “una de las razones para no votar al doctor Vázquez [es que] no puede asegurar una mayoría parlamentaria que sí tiene el doctor Batlle(…) ese argumento es claramente determinante para que mucha gente no lo vote, porque genera incertidumbre, inseguridad, interrogantes, acerca de lo que podrá hacer” (entrevista de Emiliano Cotelo, Programa En Perspectiva, Radio El Espectador, 10-11-1999).

Su argumento ha cambiado una década después. Su campaña para este balotaje sugiere a la ciudadanía que “El equilibrio está en tus manos”. Dicho slogan busca transformar una notoria debilidad en una fortaleza de campaña. La idea es simple y directa, lo más conveniente hoy es dividir el poder. Como el Frente Amplio ya ganó la mayoría parlamentaria, entregarle en esta elección la presidencia supondría un acto de concentración excesiva del poder. La ciudadanía, por tanto, tendría la oportunidad y también la responsabilidad de equilibrar la situación.

Un viejo refrán sostiene que “la necesidad tiene cara de hereje”. La delicada situación que dejó la primera vuelta de octubre a Lacalle le obliga ahora a modificar su punto de vista histórico y proponer una nueva forma de concebir el problema de la gobernabilidad. La meta de retornar a la Presidencia de la República, no admite reparos políticos ni ideológicos.

La meta de evitar la concentración del poder en pocas manos suena muy razonable, dada la convicción de que ello puede ser la antesala del despotismo y el autoritarismo. La historia está plagada de ejemplos trágicos en este sentido. Sin embargo, el establecimiento de un gobierno dividido como el que plantea ahora el Partido Nacional entraña varios problemas prácticos sobre los que vale la pena reflexionar.

Gobiernos divididos

La idea de la división del poder es uno de los asuntos clásicos de la teoría del gobierno. Hace casi dos siglos y medio, los padres fundadores de la democracia estadounidense discutieron como organizar un gobierno sin monarca, que brindara garantías a los estados grandes y pequeños de la unión, y que, al mismo tiempo, protegiera al ciudadano del poder absoluto del Estado. La premisa encontrada fue dividir el poder. James Madison es tal vez el representante más genuino de esta concepción de gobierno. La construcción del sistema federal de Estados Unidos se apoyó en la separación de los tres poderes del estado. El diseño institucional estableció mecanismos de controles y equilibrios mutuos (check and balances) que garantizarían la autonomía de acción a los poderes y a los estados contratantes. Estos rasgos caracterizarían desde entonces al régimen de gobierno presidencialista que décadas más tarde sería asumido por las colonias hispanas emancipadas.

La división del poder, entonces, es un rasgo propio del funcionamiento de la democracia presidencial. La literatura especializada designa con el nombre de gobierno dividido al esquema gubernativo donde el Ejecutivo es controlado por un partido y el Parlamento por otro. En términos políticos supone la existencia de dos voluntades mayoritarias distintas y opuestas, que dominan las ramas del gobierno. En los 108 años que van de 1901 a 2009, Estados Unidos vivió el 40% del tiempo bajo un formato de gobierno dividido (44 años). Si se consideran en particular los últimos 42 años (1968-2009), ese porcentaje asciende al 75% del tiempo (30 años). Esta situación de división del poder del gobierno ha estimulado una amplia discusión sobre sus orígenes y consecuencias. Para no aburrir, citaré las dos posiciones clásicas sobre el tema.

En su libro “Divided We Govern”, el profesor David Mayhew de la Universidad de Yale, sostiene que la situación de empate entre poderes está originada por la desvinculación de la elección presidencial y la elección legislativa (el ciudadano puede votar por un partido a la presidencia y por otro al congreso), y por la elección de renovación de la cámara a mitad del período presidencial (los mandatos de los diputados son de sólo dos años). Según Mayhew, el gobierno dividido no configura ningún riesgo institucional para el país, ni tampoco un problema para la productividad gubernativa. Su explicación sostiene que en virtud de la débil disciplina de los partidos estadounidenses, el presidente puede construir mayorías legislativas intercambiando votos para sus proyectos por beneficios particulares (en materia de políticas públicas) para las circunscripciones de los diputados. Contrario a esta posición se encuentra Morris P. Fiorina, Profesor de la Universidad de Standford, quién señala en su libro “Divided Government” que el gobierno dividido resulta perjudicial para el sistema político, pues no sólo retrasa los procesos de decisión legislativa, sino también erosiona la identidad de los partidos en la cámara, restringiendo las posibilidades de una rendición de cuentas efectiva ante los ciudadanos (pues la división gobierno y oposición no queda muy clara).

El debate sobre los Estados Unidos trasciende los objetivos de esta columna, pero ayuda a comprender que el gobierno divididofunciona en Estados Unidos gracias al cumplimiento de algunas condiciones específicas: a) un sistema electoral que lo posibilita; b) una polarización política moderada; b) un sistema bipartidista, y c) una débil disciplina legislativa de los partidos.

Más allá del debate, existe consenso respecto a que esta peculiar división del gobierno ha funcionado aceptablemente bien en los Estados Unidos. Sin embargo, no podemos señalar lo mismo para el caso de países de América Latina que cuentan con un esquema similar. Salvo Chile, donde los gobiernos de la Concertación enfrentaron con éxito a un Senado controlado por la oposición durante el período 1990-2005, en la mayoría de los países latinoamericanos ese esquema ha provocado problemas bastante graves. Y hasta tal punto esto es así, que Juan J. Linz (Universidad de Yale) formuló su conocida tesis sobre los problemas del presidencialismo, a partir del pobre desempeño de las democracias del continente, plagadas por supuesto de presidentes sin mayoría legislativas.

Gobiernos en minoría

Nuestro país nunca ha tenido un esquema de gobierno dividido. Presenció sí la existencia de gobiernos minoritarios, alternados con etapas más o menos largas de gobiernos mayoritarios. Ungobierno en minoría es un formato distinto al del gobierno dividido, pues supone la existencia de un ejecutivo sin mayorías legislativas y un parlamento donde ningún partido controla la mayoría absoluta.

En un continuo podríamos ubicar en un extremo de máxima concentración del poder al gobierno unificado de un partido mayoritario o coalición mayoritaria; en el otro extremo, a ungobierno dividido donde dos partidos controlan las ramas del gobierno. El continuo estará formado por una diversidad de gobiernos en minoría ordenados de acuerdo al tamaño de la bancada del presidente. O sea, nuestro país tiene experiencias de gobierno unificado y de gobiernos en minoría, pero no de un gobierno dividido. La mayoría de los expertos señalan que los gobiernos han logrado mayor solidez y productividad cuánto más firmes han sido sus apoyos en el legislativo.

El gobierno de Lacalle, entre 1990 y 1995, es un ejemplo de esta afirmación. Ese gobierno pasó, por diferentes razones o avatares, de una configuración mayoritaria inicial a una minoritaria sobre el final del mandato. Ese lento proceso de desfibramiento de las mayorías legislativas debilitó y terminó por aislar a un presidente que pretendía procesar una ambiciosa agenda reformadora.

Cuando Lacalle triunfó en noviembre de 1989, su partido controlaba el 39% de la cámara baja y el 42% del Senado; en la Asamblea General contaba con el 40% de sus componentes. O sea, no tenía mayorías para sancionar leyes y estaba en el límite de sus posibilidades para mantener los vetos del ejecutivo (una sola deserción haría caer la voluntad presidencial). En las semanas previas a su asunción, Lacalle acordó una coalición mayoritaria (la Coincidencia Nacional) con el Partido Colorado, situación que le permitía controlar casi el 70% de ambas cámaras. Pese a ello, en los primeros días del mandato, se registró la primera deserción. El sector liderado por Pablo Millor (Cruzada 94) abandonó el acuerdo y se pasó a la oposición, lo cual complicó desde entonces la estadía de las otras fracciones coloradas en el gobierno.

No obstante, pese a su debilidad y continuos escarceos, la coalición de Lacalle sacó adelante algunas leyes de singular importancia como el Ajuste Fiscal (su primera norma legislativa del período), la creación del Ministerio de Vivienda, la ley de Funcionarios Públicos, la ley de Empresas Públicas, la de Puertos, la creación de los Bancos de Inversión, el Presupuesto Nacional y la modificación del Régimen de Intermediación Financiera.

A fines de 1991, se concretó la salida del Foro Batllista y de la Lista 15 del gabinete, en virtud de los desacuerdos con el presidente. El gobierno comienza su derrotero minoritario pese a que en el verano de 1992, renueva el compromiso con las fracciones nacionalista no-herreristas y con la Unión Colorada y Batllista. Si bien la segunda Coincidencia le permitió a Lacalle continuar avanzando en su agenda de reformas, el dramático resultado del referéndum sobre la ley de empresas públicas de diciembre de 1992, provocó una profunda crisis en la interna del partido de gobierno. En el caliente verano de 1993, el Movimiento Nacional de Rocha de Carlos Julio Pereyra, y el Movimiento Renovación y Victoria, de Gonzalo Aguirre, retiraron sus ministros del gabinete y pasaron a la oposición frontal. El alejamiento comentado alejamiento del grupo del Vicepresidente, representó un buen indicador del dramatismo de la situación y sobre todo, de la debilidad extrema en la caía el gobierno de Lacalle (Aguirre escribió una carta al presidente que fue publicada por el Semanario Búsqueda).

Desde entonces, el presidente gobernó con el menguado apoyo del herrerismo y el pachequismo. Este esquema provocó un escenario donde el Parlamento asumió una actitud hostil hacia el ejecutivo y una conducta proactiva en materia de legislación y control. Mientras los principales proyectos del gobierno naufragaban en las comisiones (por ejemplo, la reforma de la seguridad social fue enviada tres veces y en todos los casos fue sepultada, incluso cuando se le dio carácter de urgencia), llamativas alianzas circunstanciales en la cámara (la más corriente era la del Frente Amplio, Nuevo Espacio, Movimiento de Rocha, Foro Batllista y Cruzada 94 de Millor) permitían la aprobación de leyes contrarias a la orientación del gobierno. Incluso se llegó a dar el caso de que el Parlamento iniciara y sancionara normas cuya iniciativa está reservada al Poder Ejecutivo (por ejemplo, las famosas leyes de refinanciación de los productores agropecuarios, pequeños comerciantes, etc.).

Lacalle enfrentó este escenario haciendo uso del veto. Aplicó 26 vetos, de los cuales la mitad fueron de carácter parcial. Como el gobierno no controlaba si quiera los 2/5 de la Asamblea General, se registraron 15 levantamientos de observaciones (57% del total). A su vez, el Parlamento aceleró el trámite de los llamados a sala e interpelaciones, registrándose 28 en todo el período, aunque la enorme mayoría se gestionó en la segunda mitad del mandato. También se procesaron cientos de convocatorias de ministros a las comisiones parlamentarias, dejando la sensación de que el legislativo estaba hostigando al gobierno de Lacalle.

El espectáculo de un presidente acorralado por el Parlamento dejaba la sensación en la ciudadanía de que el gobierno se encontraba a la deriva. La mejora de los indicadores económicos y sociales de esos años, contrastaba con la imagen de fragilidad del gobierno y con la escasísima popularidad del presidente. El pobre resultado electoral del candidato ungido por Lacalle (Juan Andrés Ramírez) para la elección de noviembre de 1994, confirmó ese parecer.

El libro que reseña la gestión del Partido Nacional en el gobierno(“60 meses que cambiaron el país”), publicado por el Instituto Manuel Oribe en 1995, reconoce esta situación al precisar que “la composición política del Parlamento dejaba claramente establecida la composición minoritaria del partido gobernante. Si a esas circunstancias se agregan las discrepancias surgidas en el seno del partido en algunas materias, se advertirá lo difícil de la tarea legislativa que el gobierno pretendía llevar adelante” (página 165).

Un Lacalle bastante abatido reconocía a fines de 1995, que “en Uruguay es notorio el predominio del Parlamento sobre el Poder Ejecutivo. Siempre ha sido más fuerte el Parlamento y hoy, quizás lo es más que nunca, a pesar de la reforma de 1967 (…) O sea que el eje del poder en el Uruguay es el Parlamento. Con un agravante: que el que está disfrazado de poderoso es el Poder Ejecutivo”(entrevista de los Profesores Gerardo Caetano y José Rilla, en Cuadernos del Claeh, 73-74, página 52).

Por tanto, la fase minoritaria del gobierno de Lacalle (entre 1993 y 1995) muestra hasta que punto son importantes las mayorías legislativas en nuestro país. Mientras Lacalle contó con ellas su agenda legislativa se procesó más o menos bien. Pero cuando sus aliados comenzaron el éxodo del gobierno afloraron los problemas. Por esa razón, Lacalle señalaba al Parlamento como el verdadero centro de poder del sistema político. Idénticos motivos le llevaron a afirmar que Batlle era mejor candidato que Vázquez, cuando hizo campaña en el balotaje de 1999.

En 2002, bajo un contexto de crisis, Lacalle y el Partido Nacional lanzaron la idea de realizar un “ajuste político”, con argumento de reducir los “excesivos costos del Estado”. La reforma constitucional de Lacalle reducía el número de legisladores (así como también de ministerios) como forma de alivio para las arcas fiscales, pero en verdad también generaba un efecto sobre el esquema de gobernabilidad. La idea consistía en modificar el procedimiento de distribución de bancas en diputados, abandonando la circunscripción única nacional como mecanismo de asignación entre los partidos y estableciendo como criterio a las circunscripciones departamentales. Esa modificación, unida a la reducción de 99 a 67 curules, contribuiría a reducir el peso del Frente Amplio, que hasta ese entonces obtenía buena parte de sus bancas en la capital con la ayuda de los votos logrados en todo el país. Esta medida suponía el adiós a la representación proporcional integral y favorecía la gobernabilidad de una futura coalición blanqui-colorada a partir de 2005. El famoso ajuste político fue rechazado por el Foro Batllista y naturalmente, por el Frente Amplio, perdiendo toda chance de ser aprobado a mediados de 2003. Nuevamente, Lacalle, al igual que en 1995 y 1999, dio pruebas de estar convencido que el Parlamento es el escenario sobre el cual debe construirse la gobernabilidad del país y que para ello, deben establecerse iniciativas que eviten los gobiernos en minoría.

¿Un escenario de bloqueo y conflicto?

Como se ha señalado arriba, un gobierno en minoría no representa la división del poder más extremo. El gobierno dividido es a todas luces la expresión más acabada de ese fenómeno. El gobierno minoritario de Lacalle muestra que el ejercicio de gobierno resulta complicado cuando la bancada del presidente no solo es minoritaria, sino también pequeña. Dada esta constatación debemos por tanto preguntarnos qué podemos esperar de un gobierno efectivamente dividido como el que se propone en estos días, bajo el rótulo de equilibrio.

Hemos explicado que la configuración del gobierno dividido funciona razonablemente bien en Estados Unidos bajo ciertas condiciones. Lamentablemente, ninguna de ellas está presente en el caso uruguayo: no tenemos un sistema bipartidista, la polarización ideológica es un poco mayor que en Estados Unidos, y lo más importante, los partidos uruguayos son muy disciplinados en el legislativo, por lo que la estrategia presidencial de ganar votos individuales, no resulta viable.

Desde el Partido Nacional se afirma que un gobierno dividido abre la posibilidad de amplios acuerdos multipartidarios. Dudo que en esas circunstancias el Frente Amplio esté dispuesto a ingresar en un pacto que borre las diferencias con un gobierno de Lacalle. No se lo perdonarían sus votantes como tampoco las organizaciones sociales que históricamente han estado aliadas a ese partido. ¿Qué queda entonces como perspectiva? En mi opinión, el camino conduce a un gobierno frágil que deberá enfrentar severos desafíos. El riesgo del bloqueo gubernativo estará siempre presente. Un parlamento enfrentado al ejecutivo será el rasgo más probable. El Parlamento aprobará leyes que no contarán con el aval del presidente y éste desatará una lluvia de vetos sobre los mismos. Habrá miles de pedidos de informes y decenas de llamados a sala e interpelaciones de ministros.

Lamento augurar esta situación, porque un escenario conflictivo es lo menos deseable para un país como el nuestro, que afronta con timidez los desafíos del desarrollo. El resultado de octubre canceló, a mi juicio, las alternativas posibles de gobierno. El control del Parlamento por parte del Frente Amplio vuelve absurda la configuración de un gobierno dividido. El liderazgo de los partidos tradicionales sabe que en caso de ganar Lacalle el balotaje, las cosas se pondrán realmente difíciles. La reflexión sobre la gobernabilidad en Uruguay, promovida por ellos mismos, que desembocó en una reforma constitucional en 1996, transitó los temas vinculados a la articulación de las mayorías en el Parlamento. Por eso se construyeron una y otra vez coaliciones, se tejieron pactos de diverso tipo, y se hicieron concesiones para lograr la estabilidad del proceso legislativo. Nunca un gobierno desarrolló adecuadamente su labor sin tomar al Parlamento como una arena privilegiada. Un gobierno dividido, en las actuales circunstancias, representa un desafío tan peligroso como innecesario para nuestra democracia. Por esa razón, afirmo, so pena de recibir críticas por tamaña afrenta, que dividir el poder en Uruguay es, sin duda, una mala idea.


Daniel Chasquetti, Politólogo

sábado, 31 de octubre de 2009

Cuqui: el enviado de Dios...



Si frenteamplistas y colorados no fuéramos "amarretes" tendríamos que hacer una "vaquita" para comprar una caja de whisky y regalársela a Lacalle con un ferviente deseo en tarjetita: "¡No se muera nunca doctor!".

Lo dijimos acá y en mil lados: Lacalle adquirió como una especie de gripe porcina que le da predilección por conducir desastres. A la vista está el penúltimo.

Contra él la victoria está asegurada. Vale más tenerlo como adversario que tener la mayoría parlamentaria. Ser su adversario es un regalo de la divina providencia. Ser su compañero de aventuras, un castigo del demonio.

Como ambos tenemos raíces católicas: maristas uno, salesianas el otro podemos encarar la política (y todo lo demás) desde el punto de vista de cierta confesión religiosa.

Durante la noche del 25 al 26, a la hora de gallos, Lacalle, ahumado por inciensos equívocos, y también por el suicidio político de Bordaberry, aseveró que la divina providencia lo puso en el lugar que estaba.

Efectivamente es así y Mujica no debe calentarse ni andar diciendo que no es changa competir con el candidato de Dios (textual).

Está mal asesorado. Necesita un cura de ser posible jesuita.

Como siempre, Lacalle omitió decir el resto de la muy cruel (para él) verdad: que a Mujica también lo puso donde está la divina providencia agregándole la gracia de una enorme ventaja en votos, la de una sólida mayoría parlamentaria y una cantidad de blancos y colorados que prefieren cortarse la mano antes de votar a Lacalle.

Dicho de otro modo: la providencia, lo puso de perdedor.

Y de castigo al Partido Nacional quién sabe por qué pecados. Porque algo muy grave debe haber hecho ese partido para merecer tantos palos de Dios quien para ello además, debió mandarse bruto milagro en sus internas.

Tal vez violar el segundo mandamiento: "No usarás el nombre de Dios en vano".

Porque justamente eso es lo que hizo en su misa de gallo el Dr. Lacalle. Aunque lo mismo había perpetrado monseñor Cotugno intentando meter a Dios de pegatinero.

Los columbramos quemándose mano a mano en el infierno y a nosotros pidiendo su amnistía.

Por lo tanto, ahora no sabemos a quién mandar la caja de whisky: Dios anda mamándose por los boliches del Cielo pero con vino y es dificilísimo conseguir alguno mejor que el de las bodas de Canaan y la "Ultima Cena". Nos dijo que esa era su sangre, pero de Escocia nada dijo.

¡Y sí!, fue la divina providencia quien puso a Mujica con su espada flamígera como arcángel San Miguel en motoneta para expulsarlos a los dos, Lacalle y Larrañaga, al este del paraíso presidencial.

Bien lejos y sin posibilidad de retorno. Ahora, a ganarse el pan con el sudor de sus frentes y a parir con dolor porque encima deberán reproducirse para que el Frente Amplio goce el bien de tener disponibles en el futuro muchos adversarios como ellos.

Lacalle olvidó que también Dios es de todos y para todos. Siempre cree ser el dueño universal. Tiene un sentido latifundista de la vida.

No sabe, y si sabe discrepa, que Dios es para los más pobres y de los más pobres. Ellos son, más que la imagen de Dios, Dios mismo.

Cuando insultó a los pobres llamándolos atorrantes, blasfemó.

Como toda su vida.

Cuando calificó de cueva y sucucho la casa de Mujica blasfemó contra el establo de Dios y su casita de carpintero.

Cuando dijo que lo lindo es un hombre alto, rubio y de ojos azules, blasfemó contra el judío Jesús y, de paso, contra las uruguayas y contra Herrera que no quería saber nada "con los rubios del norte".

Cuando llamó a no invertir hasta que él ganara (condenándonos de modo tan atroz al socialismo) incurrió en los pecados de soberbia y escándalo. Lo que es peor aún: escandalizó inocentes por lo que pecó también contra el Espíritu Santo. El peor de los pecados.

Cuando propuso bañar a los pobres blasfemó nuevamente no solo contra Dios sino contra su palabra: que los declaró bienaventurados y santos (limpios).

Con todo este prontuario (hay más) pasará antes un camello por el ojo de una aguja que Lacalle rumbo a la Presidencia.

¿Que le pasa a este hombre?: Cree y quiere ser latifundista (y no lo es); aristócrata (menos aún); rico (alcanza apenas a ser riquito)... Es un ejemplar de cierto "tipo" humano en extinción ya por la década de los cuarenta.

Católicos ultramontanos no llegaron a ser cristianos ni tampoco católicos a secas. Sus últimas tribus populosas habitaron Portugal y España hasta que murió Franco o, a lo sumo hasta el Tejerazo. En la Argentina perpetraron malones hasta hace pocos días. Y en Uruguay tomaron el poder en 1973 para dejarlo recién en 1984. Yendo a misa diaria luego de ordenar fusilamientos.

Si se quiere un ejemplo paradigmático de lucha a favor de las ideas de Primo de Rivera léanse las obras de Juan María Bordaberry (senador blanco, presidente colorado y dictador).

Falangistas revenidos que no llegaron a falangistas porque tardaron.

Pero porque tardaron lucieron serlo sin poner una gota de hemoglobina en ello. Ni qué hablar de la vida: como los otros.

Digamos que eran algo así como falangistas burocráticos. Pero hacen el mismo daño.

O peor, porque aquellos vestigios de la Edad Media fueron barridos de la faz de la tierra por las tropas Aliadas en 1945. Pero acá no llegó la escoba aunque sí los criminales de esa guerra. Sus ideas duraron aquí mucho más que en Alemania, Italia, España, Portugal... Creemos que esa impostura ideológica influyó mucho sobre el inerme joven Lacalle que, ya entrado en años pugnó y pugna sinceramente por hacerse republicano pero no puede con su genio. A pesar de los enormes esfuerzos que gasta para llegar al centro desde la derecha más rancia (viaje larguísimo y extenuante), le salen desacatados para afuera, en medio del cansancio, los reflejos condicionados como impresentables pelos hirsutos por debajo de la impecable camisa. Que no se ofenda: hay muchos/as como él y no es nuestro afán ofenderlos sino simplemente explicarlos.

Si la voz del pueblo es la voz de Dios, ella se oyó muy fuerte cuando se contaron los votos. La corroboración fue el discurso de Lacalle: Dios, que también maneja encuestas, lo puso allí, en la derrota y para ella.

ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO

*| Escritor, senador de la República.

domingo, 11 de octubre de 2009

Sabado 10 de octubre...nos visitó el compañero Marcos Carámbula


Y el comité se movió...
La gente está ahí, ávida de actividades, quiere salir a la calle, aunque sea para pasear la bandera, pero si aprovechamos esto, nos juntamos y le damos un contenido político, generando participación y discusión, podremos decir objetivo cumplido.
Una actividad muy simple, muy tradicional, muy frenteamplista , con la visita del compañero Marcos Carámbula, alcanzó para reunir una buena cantidad de amigos y compañeros de siempre, de todos los sectores, cada cual con su bandera, tirando para el mismo lado y con un mismo objetivo.
A todos los que participaron, gracias, muy especialmente a los compañeros que se movieron para organizar esto, a los compañeros que entregan todo sin pedir nada, que no figuran en ninguna lista, ni quieren figurar, que disponen su tiempo y sus energías sin ambiciones personales... a ellos gracias.

viernes, 2 de octubre de 2009

La prima Madelón vota a Luis Alberto!!!



He recibido ayer un correo electrónico de mi prima Madelón, la que vive en su estancia de Tacuarembó y que siempre estuvo al margen de las vicisitudes de la vida política. Me pareció un mensaje tan esclarecedor que quiero compartirlo con los lectores. Dice así:

"Querido Julito, sin duda tú recordarás que a mí, la política siempre me pareció una cosa menor, que nunca intervine en esas contiendas porque para mí la familia es lo primordial. Ni siquiera cuando Bobby se postuló a diputado con Aguerrondo, en el 71, siendo que no soportaba al boxeador que pretendía ser reelecto (menos mal que fue el Juancho el elegido, que así pudimos tener 14 años de paz y prosperidad).

Pero en fin, dejemos las digresiones a un lado y vayamos al grano. Te confieso que desde que volvieron los políticos, mi voto siempre fue en blanco. Este muchacho Sanguinetti, que es un hombre tan culto y que sabe tanto de artes plásticas, nunca me gustó por esa amistad mal disimulada con los comunistas; de Jorge, qué te puedo decir, que formó una comisión para hurgar en el pasado y para fomentar el revanchismo del populacho. En el 89, el Cuqui era el mejorcito, pero los blancos todavía estaban contaminados con las ideas foráneas e impresentables del tupamaro Ferreira. En el 2004 teníamos a Larrañaga, pero tiene ese andar, viste, como de gaucho tropero que se balancea al caminar, y tampoco me gusta esa voz gangosa como de cantor de tangos de los cuarenta (y ni te cuento el sobrenombre: El Guapo, ¡qué chongo!).

Pero ahora la cosa es diferente. Ahora está en juego el futuro de la Patria, y yo, qué quieres que te diga, siento en mis venas correr la sangre patricia heredada de nuestros ancestros. Por otra parte, las circunstancias son distintas: ahora el Partido se ha depurado de todos aquellos elementos izquierdosos que tanto daño nos hicieron, y Cuqui, cuyo charme se ha acrecentado con el paso del tiempo (si ahora hasta parece un galán maduro de Hollywood, con esa cabellera blanca à la sans façon en contraste con su piel bronceada. Esto, Julito, por favor, queda entre nosotros; ni se te ocurra comentárselo a Bobby). Bueno, sigo, ¿por dónde andaba? Ah sí. Te decía que Cuqui volvió a darle al Partido su verdadero perfil cristiano y conservador de las mejores tradiciones.

No obstante, hasta hace unos días no estaba del todo convencida de votarlo. Te diré, incluso, que la idea de poner baños públicos y peluquerías en los cantegriles me resultó chocante y un gastadero de plata innecesario, con lo caros que están los jacuzzi (te lo digo con propiedad porque la semana pasada instalamos otro en el baño de los chicos, acá en la estancia); porque, mi querido primo, esa gente mugrienta como la mona que se viste de seda por más que se bañe, mugrienta queda: ni el mejor gel de ducha es capaz de cambiar ese color pardusco de su piel. Tú convendrás conmigo, mi querido, en que eso de la igualdad es una mentira, ¿o tú te consideras, por ventura, igual a tu mayordomo, o crees que yo soy igual a Shirley, mi mucama, cuyos rasgos negroides o indígenas saltan a la vista y, además, tiene olor a pobre?

Todas estas reflexiones, todas mis dudas y vacilaciones fueron echadas por la borda cuando lo oí a Luis Alberto quejarse por la plata que gastó el gobierno para asistir a esos atorrantes. Porque supongo que estarás de acuerdo conmigo, Julito, en que no hay calificativo más adecuado para referirse a esa gentuza, a esos vagos y malentretenidos sin hábitos de trabajo. Atorrantes y haraganes, eso es lo que son. Prefieren vivir en sucuchos como Mujica, prefieren tomar grapa en vez de whisky, y prefieren robar antes que trabajar.

Así está el país, primo. Por eso te digo: encaremos una gran cruzada para reivindicar a la gente bien, la gente linda, la gente comme il faut, los descendientes de quienes forjaron la patria. Apoyemos a Luis Alberto, que es de los nuestros y nada tiene que ver con el populacho. ¿Te queda alguna duda?

Recibe un beso de tu prima que te quiere,

Madelón

martes, 15 de septiembre de 2009

Errores de Lacalle? ¡ DE NINGUNA MANERA !


Dentro de los antagonismos que ha concitado la campaña electoral, uno de ellos, y el más comentado, han sido las expresiones de los candidatos de las fórmulas partidarias. De todas, las que se llevan todos los premios son las vertidas por el candidato del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle.

Se ha dicho que son genuinas de alguien que es de "derecha". No es así, le afloró su naturaleza ancestral. Es decir, de cuna desahogada, de no saber qué es el hambre, qué es la necesidad de lo elemental para sobrevivir un ser humano. De no tener que pensar en el mañana, económicamente hablando, con todas las necesidades básicas satisfechas, con el no conocimiento, en carne propia, de lo que se siente cuando falta la comida, los medios para poder estudiar, la vestimenta, la posibilidad de vacacionar, de poder elegir dónde vivir, de saber que puede traer hijos al mundo y que no sufrirán necesidades. Un presente (jubilación mediante) muy desahogado. Y podría seguir enumerando otros pormenores, pero como ilustración alcanza.

Aquello de que "si no tuviste un dolor de muelas, no sabés lo que es", le cabe a lo que está pasando con Lacalle. Su actitud altanera, poco modesta, lo lleva a decir cosas que se podrían tomar como errores de campaña. Si fueran errores, con el primero alcanzaría para corregir el timón, pero no, continuó y continúa en esa actitud, y pienso que no puede ser otra, por lo antedicho.

Comenzó con la "motosierra", que lo llevó a ser criticado por algunos de su propio sector como una frase poco acertada. Siguió con aconsejar a los inversores que se debe "esperar para invertir hasta diciembre". Lamentable, pensó en él, en su campaña personal, y no en el país. Cuando encaró el tema de los asentamientos y las viviendas para los ciudadanos que allí viven, se le saltó la chaveta. Muy lamentable: les construiremos viviendas, en el mismo lugar, y mientras tanto colocaremos baños y peluquerías para el aseo personal de los habitantes. Con esto demostró un desprecio total a los uruguayos que han tenido que recalar en dichos asentamientos por culpa de las políticas de Estado que los partidos tradicionales han desarrollado en las últimas décadas, y que él y su partido fueron actores principales.

Dejó en "libertad" de acción a los votantes blancos en referencia a la eliminación de la Ley de Caducidad. ¡Qué bueno que es! Por supuesto, no tiene otra salida. Si invita a que no se apoye la anulación de dicha Ley, se pone en contra a muchos uruguayos que saben lo que ocurrió y que piensan que se debe llevar a la Justicia a todo aquel que cometió atropellos en la época de la dictadura.

Comparó el Plan Ceibal con la implementación de la Tarjeta Joven en su gestión al frente del país. Esto último, no merece comentario alguno.

Y para rematar, en una disertación sobre educación resaltó y ponderó enérgicamente a la educación privada, principalmente a las universidades, criticando y denostando a la universidad pública.

Por lo tanto, lo del título, no son errores, le surge espontáneo porque sus raíces son muy disímiles a otras.

http://www.larepublica.com.uy/editorial/379862-errores-de-lacalle-no

jueves, 3 de septiembre de 2009

Domingo de mañana!!! A militar se ha dicho!!!

El pasado domingo 30 de agosto, comenzamos las actividades en la calle, a pelear voto por voto, para hacerle llegar a la gente la verdad que los medios no quieren o no pueden contar por intereses propios o adquiridos.
Desembarcamos en la plaza de Becú a entregar material variado, colgar columneras y charlar con los vecinos que se acercaban al ver el movimiento. La conclusión una vez que se milita en la calle es sencilla, el pueblo frenteamplista está ahí, basta con ofrecer un adhesivo para que inmediatamente salga de las manos de los compañeros para pegarse en un termo, en el auto,
en la agenda... hay que seguir, estamos remolones, vamos compañeros que falta poquito, arrímense al comité, esta victoria la construimos entre todos!!!
PD: a todos los que insultaron, desde el fondo de nuestro corazón, les deseamos el doble de lo que nos desean a nosotros, y una larga vida para disfrutar de SUCESIVOS gobiernos de izquierda... OLIGARCAS P...

Todos...como uno



El pasado 25 de agosto el Comité recibió a los compañeros de siempre, para compartir una jornada de militancia y encuentro. La excusa, la buseca, el resultado, intercambios de política por aqui y por allá, informes de actividades varias, oportunidad de escuchar a nuestro diputado local, Horacio Yanes y una linda gitarreada para terminar, con Sebastián como
artista invitado (joven promesa de galán y cantor popular).
Más allá de todo, una jornada para el reencuentro, para taparle la boca a aquellos que nos quieren ver divididos, por lo pronto la respuesta fue contundente...
ESPEREN SENTADOS BLANCOS PILLOS!!!

martes, 18 de agosto de 2009

25 de agosto... 25 años


Este 25 de agosto el Comité se viste con sus mejores galas para recibir sus primeros y jóvenes 25 años.

Desde las 12 del mediodía arrancamos con las actividades, comenzando con la presentación del Plan de Trabajo hacia octubre, para que todos los compañeros téngamos un calendario detallado de lo que vamos a realizar como Comité, siempre con el objetivo de GANAR EN PRIMERA VUELTA.

Luego se viene lo bueno... BUSECA!!! Un tícket de 30 pesitos y a compartir un almuerzo con los compañeros de siempre, en un ambiente distendido y fraterno. Tendremos también espectáculo, con un linda guitarreada y esas canciones que no pueden faltar un 25 de agosto.

No falten!! El próximo gobierno lo construimos entre todos, desde el pie, como siempre...

PD: Totalmente prohibido concurrir con MOTOSIERRAS u otro tipo de elemento recortante de gasto social...

domingo, 16 de agosto de 2009

Charla con el Senador Eduardo Lorier

Los compañeros del Comite Patria Libre reunidos en Plenario decidimos comenzar un ciclo de actividades con el propósito de acercar a los vecinos al Comité, en virtud de la ardua tarea que nos espera de aquí a octubre. Es sabido que nuestro Frente Amplio no cuenta con los medios que hicieron gala nuestros adversarios de turno en las pasadas internas, por lo tanto, la actitud militante es FUNDAMENTAL para todos aquellos que queremos un proyecto de izquierda en el gobierno.

Inaugurando estas actividades, el pasado 15 de agosto nos visitó el compañero Senador y Secretario General del PCU Eduardo Lorier, quien tuvo la deferencia de a los largo de unas tres horas de informarnos sobre logros y visiones de nuestro gobierno, y fundamentalmente plantear políticas de futuro para el próximo período.

El Compañero Lorier, no escatimó en tiempo y paciencia a todos aquellos que quisieron dar su punto de vista o plantear inquietudes. Temas como ALUR, el Plan Ceibal, modelo de País
Productivo, Plan de Viviendas y muchos otros fueron presentados y explicados en detalle por el senador.

Esperamos en breve poder contar con compañeros de la calidad de Lorier, sabemos que hay entre nosotros quienes están trabajando incansablemente para ello, para traer al Comité, y fundamentalmente a la zona, a a quellos que por su destacada labor y militancia, necesitan de poca y ninguna presentación.

Gracias compañero Eduardo Lorier, dsde este sábado pasado ésta también es tu casa!!